El valle de Covadonga se encuentra situado al Norte de los Picos de Europa, o sea entre estos y el mar Cantábrico y enclavado dentro del Principado de Asturias.

En la cueva donde cuenta la leyenda que se refugio Don Pelayo hay una pequeña ermita que acoje a la Virgen de Covadonga, una cascada surge de dicha cueva y cae directamente en una gran poza.
Junto a la ermita y sobre una pequeña colina que preside el valle se alza el Santuario de Covadonga, construido con una vistosa piedra rojiza que contrasta con el verde de sus praderas y bosques. Por las mañanas, cuando la niebla cubre el valle de Covadonga y los duendes juegan en el bosque, es fácil ver el Santuario de Covadonga flotando sobre la niebla, como si estuviera contruido sobre el aire.